Muchos decían que el radicalismo iba a desaparecer.
Muchos decían que el radicalismo era un partido viejo.
Muchos decían que el radicalismo estaba aislado y no respondía a las necesidades de la sociedad.
Muchos decían que el radicalismo no sabe gobernar.
Han pasado muchos años desde que comenzó el radicalismo a convivir con la sociedad Argentina. Comenzamos con la lucha armada en la Revolución del Parque, peleamos contra el régimen con la abstención, ganamos las primeras elecciones democráticas, como no podían ganarnos en las urnas tuvieron que derrocarnos, resistimos al peronismo de Perón y Evita, volvimos a gobernar demostrando excelentes gestiones de gobierno y nos volvieron a derrocar, dejamos las armas y nos enfrentamos a los militares solo con una única arma que era nuestra constitución. Trajimos de vuelta la democracia y el estado de derecho. Nos enfrentamos con todos los poderosos y no pudieron derrocarnos. Nos dijeron que ahora si habíamos firmado nuestra acta de defunción. Terminamos con la fiesta de unos pocos para volver a hacer de Argentina un país en serio. Nos equivocamos. Pasamos años muy duros donde era difícil ser radical, se cerraban los comités, los afiliados se iban, solo quedaban un puchado de radicales por provincia, salvo pequeñas excepciones. Nos cooptaron los pocos radicales que gobernaban provincias y municipios. En un momento la sociedad decidió ponerle un freno al justicialismo y nos volvió a llamar. Nos llevaron nuestro último líder.
La sociedad volvió a confiar en el radicalismo porque demostró coherencia y fortaleza para resistir antes los embates del peronismo contra la republica. Mientras la sociedad no nos miraba seguíamos trabajando y militando en todo el país. Hoy a diario se abren nuevos comités donde la sociedad volvió acercarse. Un papel muy importante en esa recuperación jugo la Juventud Radical que puso toda la fuerza y el coraje del militante en cada voto que se repartía, en cada afiche que se pegaba, en cada conversación con vecinos y amigos. Soñando con conducir su municipio, su provincia y la nación.
Y porque seguimos siendo la primera fuerza de oposición en Argentina. Y porque todos los partidos de la oposición quieren aliarse con el radicalismo. Y porque cuando hay que ponerle un freno al peronismo, nos llaman a los radicales. Y porque cuando la republica corre riesgo, todos salen a buscarnos.
Ahora seguimos gobernando una gran parte de los municipios de Argentina. Ahora ya no es una utopía pensar que el radicalismo va a volver a gobernar Argentina. Ahora vamos a demostrar que podemos ganar una elección y empezar a construir una Nueva Argentina desde 2015.
Ahora la sociedad Argentina se dio cuenta lo difícil que es ser radical, pero que vale la pena serlo.